Argumento: Tris (Shailene Woodley) y Cuatro (Theo James) son fugitivos que tratan de eludir la persecución de Jeanine (Kate Winslet), la líder de los eruditos. Tris pretende averiguar qué era lo que su familia defendió con tanto sacrificio. Atormentada por las decisiones de su pasado, pero decidida a proteger a los suyos, Tris, con la ayuda de Cuatro, se enfrentará a un reto tras otro para desbloquear la verdad de su pasado y el futuro de su mundo. Secuela de "Divergente" (2014).
Crítica: Algo empieza mal cuando una nueva saga para adolescentes aspira a imitar descaradamente a sus rivales. Ocurría ya en la primera película de Divergente, en la que las similitudes eran bastante palpables respecto a su predecesora más directa, Los Juegos del Hambre, y sucede de nuevo en Insurgente. Esta segunda parte, dirigida en esta ocasión por Robert Schwentke, repite la misma fórmula de la primera película y vuelve a cometer los mismos errores... más uno: el de caer en la maldición de las películas "relleno", aquellas que nos venden como un nexo y que acaban siendo casi irrelevantes para la historia.
Acostumbrados como estamos a que las sagas literarias para jóvenes se proyecten en los cines con éxito masivo, Divergente no ofrece en pantalla apenas elementos de originalidad, lo que sumado a las lagunas en su historia convierten a Insurgente en un producto que se queda flojo.
Insurgente mejora respecto a su antecesora en el plano puramente técnico con ambiciosos planos aéreos y dotándose de una estética que recuerda a ciertos videojuegos. Los personajes principales son planos, la acción decae y surgen de pronto los momentos pesados y persiste la sensación de que esta historia ya la hemos visto mil veces antes. Y sobre todo, que nos encontramos ante un producto sin alma.
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